"Pronto no quedará un lobo en la Tierra.
Muertos con balas de expansión o envenenados, sus cadáveres se pudren bajo la nieve o yacen en lo más hondo del bosque.
No los compadezcas, dicen algunos. Se ganaron a pulso el exterminio. son enemigos de los rebaños, no temen al hombre y han devorado niños de brazos.
Todo esto y más es cierto, pero no menos cierto es que si el lobo actuó así fue porque lo obligamos a esta conducta.
Y en su descargo hay que ponerle un epitafio: vindicó la raza de los perros, prefirió el riesgo a la dosmesticidad, creyó en el deber de rebeldía y no aceptó jamás la servidumbre."
Andrés Santacruz (1940-2011)
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